Creadores Verkami 2 #Documental: Aitor Merino
Coincidiendo con el estreno del documental, un diario digital afirmaba en su introducción a la reseña de la película, que el terrorismo no tiene justificación pero sí razones. Y conocerlas, incluso sin compartirlas, es un paso importante para construir los tiempos futuros. No encuentro definición más precisa para describir el discurso que se esconde tras "Asier ETA Biok" (“Assier y yo”). Dirigido conjuntamente por el actor Aitor Merino y su hermana Amaia, el documental, en parte financiado a través de Verkami, relata la relación de amistad entre dos chicos hasta que uno (Asier Aranguren ) decide seguir directrices políticas y entrar a formar parte de ETA y el otro (el propio Aitor) marcha a Madrid persiguiendo su sueño de ser actor. Un film cautivador, primera inserción del protagonista de títulos como “Historias del Kronen”, “Días de fútbol” o “Te doy mis ojos” al otro lado de la cámara, que de forma admirable aborda la realidad vasca desde una perspectiva hasta ahora inédita.
Texto: Oriol Rodríguez
Pese a lo autobiográfico del proyecto, “Asier ETA Biok” nació a partir de una idea de tu hermana Amaia, ¿verdad?
Sí, la primera idea fue de Amaia. Ella vive desde hace muchos años en Ecuador, y un día, hablando por Skype, me lanzó la idea de hacer un documental sobre Asier, que en ese momento aún estaba en prisión. En un principio propuso que hiciésemos un cortometraje o algo experimental. Yo le respondí que si hacíamos algo, lo haríamos en serio, hasta el fondo, y que de experimental nada; haríamos un largometraje documental en toda regla. El día anterior a que Asier fuera liberado, tal y como cuento en la película, compré una cámara de vídeo muy sencilla (Amaia estaba en Ecuador, yo no tenía, y ningún amigo pudo prestarme una en ese momento) y fui hasta la frontera a grabar su liberación. El inicio fue así de simple. Naturalmente, Amaia y yo no imaginábamos la dimensión que acabaría adquiriendo el proyecto.
¿Cómo te afectó la noticia de la detención de Asier en 2003?
Bueno, antes que su detención, lo que más me afectó fue su huida un año antes. Saber que era buscado por la Guardia Civil con graves acusaciones (que luego resultaron ser falsas), y que desapareciera del mapa. Huyó y fue entonces cuando se integró en ETA, y pasó ese año en la clandestinidad. Fue muy angustioso.
¿Fue difícil convencer a Asier para que participara del documental?
Para nada. De hecho, él no tenía ni idea, simplemente salió de prisión y allí estaba yo, escondido tras un seto, grabando el primer encuentro con sus seres queridos. Asier y yo somos muy buenos amigos desde chavales, confiamos el uno en el otro. Desde el principio colaboró al cien por cien. Pero lo cierto es que durante la grabación, la película fue tomando unos derroteros que ninguno esperábamos. Poco a poco fuimos entrando en temas realmente farragosos, muy íntimos, y desde un punto de vista afectuoso pero al mismo tiempo crítico respecto a su militancia, y ahí la cosa empezó a complicarse. El que Asier, su familia y allegados nos hayan permitido mostrar tal grado de intimidad ha sido enormemente valiente y generoso por parte de todos ellos. Os puedo asegurar que no ha sido nada fácil, a nivel personal, compartir con los espectadores ciertos momentos y ciertas reflexiones. Pero creemos que esto es lo que da más valor a la película.
De hecho, la película surge con la intención de hacer entender a tus amigos de Madrid tu amistad con un militante de ETA, y cómo asimilar una decisión que a ti mismo te ha costado digerir. Por ello, y como comentas, pese a la amistad las ideas eran contrarias, y se perciben momentos de debate y tensión durante la grabación entre Asier y tú.
Ha habido un poco de todo. Hay que tener en cuenta que este es uno de los temas más complicados en los que uno se pueda meter. Hay muchos sentimientos a flor de piel. Es un conflicto vivo, cuyas heridas distan mucho de haberse cerrado. Mis amigos de Madrid también han sido generosos: sólo el hecho de aparecer en la película, aunque sea de manera testimonial, implica mostrarse como amigos del amigo de una persona que ha militado a ETA. Es un marrón. Y claro, eso puede generar tensiones. Además, cada uno tiene una percepción distinta, sentimientos e ideas distintos. Pero al igual que con Asier, mis amigos de Madrid son eso: buenos amigos. No hay nada que no se pueda llevar a cabo si hay confianza, cariño y sinceridad.
¿Una vez rodado te seguías haciendo las mismas preguntas? Aunque cuando encuentras una respuesta siempre acaba surgiendo otra pregunta, ¿“Asier ETA Biok” ha servido para dar explicación a las cuestiones que albergabas cuando empezaste el proyecto?
Bueno, debo dejar claro que este no es un proyecto que haya hecho yo solo. Por un lado, está mi hermana Amaia. Es un viaje que hemos hecho codo con codo. Ella también es muy amiga de Asier, y aunque Amaia no aparece en la película, la dirección y el guión los hemos hecho entre los dos, y ella además ha hecho el montaje. Por otro lado, están Ainhoa Adraka y el equipo de Doxa Producciones, que no sólo han hecho las labores típicas de un productor: Ainhoa ha participado en todas las fases más importantes del trabajo, también a nivel creativo y artístico. Y también contamos con la co-producción de Gabriela Calvache (Cineática Films), de Ecuador. Dicho esto, es verdad que luego el que aparece en pantalla soy yo, porque la película trata sobre mi amistad con Asier, y en última instancia, sobre mí mismo. Es un trabajo autobiográfico realizado por un equipo.
El afecto y la lealtad son más importantes que las diferencias ideológicas
Puede sonar complicado, pero es así. Retomando tu pregunta, todas esas cuestiones a las que te refieres, aunque formen parte de mis vivencias personales, nos las hemos planteado Amaia y yo, pues las compartimos plenamente. Ainhoa, como productora, ha sido una buena catalizadora: además de ser también vasca (y residir desde hace años fuera de Euskal Herria, igual que Amaia y yo), a diferencia de nosotros dos no comparte ningún lazo afectivo con Asier, y su mirada crítica nos ha ayudado a mantener cierta distancia respecto al material grabado, y en última instancia, al contenido del guión y el montaje. En todo caso, para tratar de responder a tu pregunta, te aseguro que esas cuestiones que planteo en la película, en primera persona, son absolutamente sinceras. Y sí: una pregunta lleva a la otra, y así sucesivamente. Teníamos muy claro desde el principio que esta película va dirigida a las personas que no han tenido el mismo tipo de vivencias que nosotros respecto al conflicto vasco; personas que probablemente no comparten nuestro punto de vista (salvo el del rechazo a la violencia). Y la mejor manera de hablarles era con total honestidad, compartiendo las dudas y dejándolas en el aire, de manera que cada uno saque sus propias conclusiones. Invitar al espectador y hablarle como a un amigo, hacerle cómplice de las dudas en lugar de tratar de convencerle de nuestras ideas. Y para terminar de responderte, solo hay una cosa que tengo más clara que cuando comencé: que el afecto y la lealtad, para mí, son más importantes que las diferencias ideológicas.
Hay una declaración tuya que me parece sumamente interesante en la que afirmas que de la misma manera que para ti los cuestionamientos que te hacían tus amigos de Madrid te sirvieron para replantearte los tuyos propios, por otro lado, el tener una relación con Asier te ha hecho ver que muchas cosas que él denunciaba eran ciertas. Y hablas de un de un día en que yendo con él, la policía te confundió con un miembro de ETA y llegó a maltratarte.
No es lo mismo leer u oír que ocurren ciertas cosas a vivirlas tú mismo. Pero aquél incidente solo fue un bofetón de realidad, digamos, para alguien tan absolutamente poco comprometido políticamente como era yo entonces, un actor que hace pelis y vive de maravilla y se interesa de la realidad política a través de la prensa, y poco más. Entonces, aquél incidente en el que la policía me arrestó por error, me hizo ver que en efecto, en sus manos vales menos que un trapo. Y comprobé el silencio de los medios de comunicación, y supe de primera mano que Asier tenía razón en muchas cosas que me contaba. Entonces, esa necesidad de comunicarles a mis amigos de Madrid (y por extensión al público en general) que hay “otra realidad” que se les oculta es una de las motivaciones que nos han llevado a hacer la película. Habitualmente hacemos coloquios después de las proyecciones, y es significativa la diferencia entre esos mismos coloquios si son en el País Vasco, o en Barcelona, o en Madrid o Buenos Aires. Las preguntas y los comentarios del público son muy distintos. Vivimos diferentes realidades. Aquí, en Madrid, mi ciudad desde hace 25 años, al abordar el tema vasco siento que tengo que hablarle al público desde una orilla muy lejana. En todo lo demás me siento un madrileño más, pero al hablar de este tema nos separa un abismo. Es triste y frustrante, y por eso hemos hecho la película: para establecer puentes de entendimiento.
El de los actores y actrices siempre ha sido un colectivo contestatario, ¿por qué dan la cara por el pueblo saharaui o palestino, pero siempre han guardado silencio, ya no solo sobre el conflicto de ETA, sino sobre los “problemas” vasco y catalán?
Es curioso que en la pregunta que me haces los califiques como “problemas”. Las definiciones están cargadas de significado. Si yo califico el “problema” vasco como un “conflicto”, es posible que entremos en conflicto, ¿verdad? Si me pongo a razonar sobre esto, igual entramos en un agujero negro y nos implosionan los cerebros, así que mejor intento responderte sin entrar en berenjenales. ¿Que por qué dan la cara por otras causas y callan sobre el “problema” vasco? Porque a ver quién es el valiente que denuncia públicamente que la dispersión de los presos es una política injusta e inhumana, o que está en contra de la ilegalización de partidos, o de que encarcelen a jóvenes por pertenecer a determinadas organizaciones políticas. Se les tirarían al cuello, les acusarían de apoyar el terrorismo, acabarían con sus carreras, con su reputación. Eso, por un lado. Por el otro, creo que ETA ha hecho méritos más que sobrados para generar una enorme antipatía; mucha gente, incluidos compañeros de profesión, no quieren dar la cara por quienes han podido apoyar la violencia de ETA. Piensan: estos han apoyado a un grupo de asesinos, luego si el Estado los machaca, que se jodan, ellos se lo han buscado. Es una realidad muy triste, porque bajo esa premisa se están cometiendo injusticias enormes que nadie, o casi nadie, denuncia. O por miedo, o por pasotismo, o por rencor, se guarda silencio. Y así es imposible avanzar.
Volviendo al documental ¿existía el temor de que a través del documental descubrieras pasajes de la biografía de Asier que hubieras preferido ignorar?
Sí, lo cuento en la película. Para mí era más fácil evitar pensar en la posibilidad de que mi amigo, a quien quiero muchísimo, hubiera sido capaz de emplear la violencia de manera directa. Era un tema que no quería abordar, pero que durante la grabación salió, y como salió, no pudimos ni quisimos obviarlo.
¿Cómo ha afectado la película a tu amistad con Asier?
Nos ha llevado a conocernos mejor. Saber claramente lo que nos separa. Curiosamente, nos ha unido mucho más.
¿Cuál ha sido el recibimiento del documental en el País Vasco?
Ha sido increíble. No lo esperábamos, porque hicimos la película pensando en el público de fuera del País Vasco. Pensábamos que lo que se trata en la peli resultaría obvio para los vascos, que no aportaría nada nuevo. Pero el público ha llenado las salas, y muchísimas personas nos han dicho que se han sentido conmovidas e identificadas de alguna manera. Creo que el acierto está en que se habla no sólo de política, sino sobre todo de la amistad.
¿ETA sigue siendo un tema tabú en Euskadi?
Otra vez el problema de las definiciones... Este “problema”, ya ves, está lleno de trampas. Ni te imaginas las comeduras de tarro que nos hemos pasado con cómo denominar a las cosas en la película. Es un campo de minas. A ver, para empezar: “Asier eta biok” ni siquiera transcurre en “Euskadi” (entendida como “Comunidad Autónoma Vasca”). Asier es navarro, de Iruñea, y la película está grabada en Navarra (salvo algunas secuencias en Girona y Madrid). Es decir, que “Euskadi” ni se pisa. Y luego, el problema de este “problema” o “conflicto” o como lo queramos llamar, no es sólo la existencia de ETA. Hay otros factores. Entonces, yendo a la pregunta, creo que sí, que aún es un tema tabú, aunque mucho menos que hace unos años. Antes, en Euskal Herria, hablar sobre ETA podía provocar una discusión tan fuerte que se evitaba, entre amigos e incluso entre hermanos. Eso creo que está empezando a cambiar. Puede que siga siendo tabú, pero genera mucha menos tensión, seguro.
¿Y en el resto de España?
¿Tabú hablar de ETA? Me parece que más que tabú, ETA ha sido un tema recurrente. Un comodín. Hablo de los políticos, claro. Entre la ciudadanía y, sobre todo, los medios de comunicación (que son quienes podrían despertar ciertos debates pero prefieren no hacerlo), el tabú me parece más bien que es hablar de la otra violencia: la de las torturas policiales, o la del GAL, cuyo mayor responsable no ha sido siquiera juzgado, y quienes sí fueron juzgados y condenados recibieron su consiguiente indulto gubernamental. Eso sí que es un tema tabú.
A través de la experiencia con Verkami pudimos comprobar que no estábamos solos
Cuando hablan de ETA, y lo hacen constantemente, se llevan las manos a la cabeza porque no piden perdón. ¿Pero quién exige algún tipo de arrepentimiento a quienes participaron en los GAL? ¿Por qué no se les exige arrepentimiento público a Barrionuevo, o al General Galindo? Hablamos de crímenes de Estado, no de una organización ilegal que además, aunque no haya pedido perdón, sí ha reconocido el daño causado. ¿Quién exige un reconocimiento oficial, de verdad, mirando a los ojos de los ciudadanos, sobre los crímenes de Estado? Eso sí que es tabú.
¿Hay que ser valiente para rodar un documental como “Asier ETA Biok?
Más que valiente, por lo menos en mi caso, diría que inconsciente, pues cuando empezamos no pensábamos en la dimensión que acabaría teniendo. Y no me arrepiento, al contrario. Pero sí que es bastante peliagudo el tema, sí.
¿Crees que “Asier ETA Biok” se entenderá mejor dentro de unos años?
Yo creo que hoy se entiende perfectamente. Otra cosa es que dentro de unos años, a lo mejor, no habríamos tenido los problemas que nos hemos encontrado para encontrar exhibidores dispuestos a poner la película. Muchos (los más potentes de fuera del País Vasco y Cataluña) nos han dado la espalda, no han querido ni verla antes de decidir si la ponían en sus cines. Supongo que ya al leer el título y la sinopsis han preferido evitarse líos. Imagino que dentro de unos años eso no pasará.
¿Cómo intuyes el futuro de Euskadi? ¿Eres optimista con el actual proceso de paz?
Con unos gobernantes tan retrógrados como los que tenemos, es difícil ser optimista. Pero como también pienso que ya más retrógrados no se pueden poner, pues sí, creo que la cosa irá a mejor. Depende, como casi todo, del empeño que pongamos los ciudadanos. Y creo que entre los vascos hay una mayoría abrumadora que está harta y quiere que las cosas cambien, que se muevan fichas. Tarde o temprano ETA entregará las armas, se disolverá, espero, y los gobiernos español y francés tendrán que cambiar sus políticas. Es cuestión de tiempo.
Casi coincidiendo con el estreno comercial del documental, Asier fue detenido de nuevo. ¿Cómo fueron los sentimientos que te embargaron en esta ocasión? ¿Has permanecido en contacto con él, desde entonces?
La semana anterior al estreno, detuvieron a Asier junto a varios abogados de la izquierda abertzale. Y dos días antes del estreno, el juez decretó prisión incondicional y sin posibilidad de fianza para los ocho detenidos. Asier está hoy en la prisión de Aranjuez. ¿Que cómo me sentí? Fatal. Pero peor lo lleva su familia, que tiene que viajar 500 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para visitarle 40 minutos tras un cristal. Asier, cuando estuvo en ETA, estuvo en ETA, tal y como reconoce abiertamente en la película. Ahora está en la cárcel porque... porque políticamente, a este Gobierno, le conviene tener a determinadas personas presas. Y no sigo porque me entra un cabreo que... Fui a visitarle hace unas semanas. La cárcel es un lugar que... Con todo el trajín de la película, aún ni siquiera le he escrito una carta. La situación me supera un poco, la verdad.
¿Por qué creíste que Verkami era la plataforma ideal para completar el proyecto “Asier ETA Biok”?
Fue una decisión de Ainhoa, que conocía bien Vekami y sabía que es la plataforma ideal para proyectos audiovisuales.
¿Qué aporta Verkami al sector del cine?
Que proyectos con dificultades de financiación puedan conectar con un montón de personas y hacerlas partícipes. No sólo es importante a nivel de financiación, también te hace sentirte respaldado. Está muy bien.
¿Qué es lo que más te sorprendió de la experiencia?
El interés que suscitó entre la gente, que no lo esperábamos. Pudimos comprobar que no estábamos solos, nos animó mucho. Y necesitábamos ese empujón económico para terminar la peli, claro.
¿De volver a repetir la experiencia como director, te plantearías lanzar el proyecto de nuevo a través de Verkami?
Sería la releche tener una productora potentísima y forrada de dinero para no tener que pedir ni un céntimo a nadie, pero volviendo a la realidad, sí, es muy posible que me lo plantease. Por ahora me estoy dedicando en cuerpo y alma a la difusión de la película viajando de aquí para allá, entre presentaciones, coloquios y festivales, y no tengo tiempo para mucho más.
Asier ETA Biok, próximas proyecciones: asieretabiok.com
Proyecto Verkami: Asier ETA Biok
@asieretabiok // facebook.com/Asier-ETA-Biok
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