Creadores Verkami 8 #Periodismo: Álex Ayala Ugarte
Espíritu inquieto, a inicios de septiembre de 2001 el reportero Álex Ayala Ugarte armó las maletas y partió rumbo a Bolivia. No solo no retornaría a su Vitoria natal, sino que hallando definitivamente en el otro lado del Atlántico el eje rotor que impulsaba su vocación, con el tiempo se revelaría como una de las plumas más aventajadas del periodismo en lengua española. Colaborador a lo largo de esta década y propina de medios como “El País”, “La Razón” de Bolivia, “Etiqueta Negra”, “Paula”, “Soho” de Argentina, “Ecos”, “Virginia Quaterly Review”, “Séptimo Sentido”, “Frontera D”, “Cronopio”, “Internazionale”, “Emeequis” y un sinfín de publicaciones más; en 2012 se unió a Verkami para lanzar la campaña de financiación de “Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo”, libro que reúne trece de sus mejores artículos, obra extraordinaria para disfrutar de un ejercicio periodístico que rehuye la brevedad de los 140 caracteres y descubre historias que extrañamente coparan portadas pero que merecen ser explicadas.
Texto: Oriol Rodríguez
Así te describes: español de nacimiento, boliviano de adopción y trotamundos de vocación. ¿Lo del periodismo es consecuencia de esto último?
Si te fijas bien, no digo que soy trotamundos, sino tartamudo de vocación.
Ups, creo que he leído muy rápido tu biografía.
Pero también me gusta mucho viajar. Y pienso que no puedes ser buen periodista si no tienes hambre de mundo.
¿Cómo llegaste a Bolivia y que te atrapó tanto del país que decidiste quedarte?
Llegué con una beca de un año de un medio de comunicación español nada más acabar la universidad. Me quedé porque las oportunidades eran gigantes. Y porque en Bolivia hay mucho por escribir.
¿Recuerdas la primera crónica que escribiste?
Recuerdo que colaboraba con una revista mensual universitaria del País Vasco llamada “Perfil”. Pero no me acuerdo de mi primera crónica. Lo que sí me atrevo a decir es que seguramente fue una mierda. Ha pasado mucho tiempo desde eso.
¿Cómo intuyes dónde hay una buena historia por cronicar?
Donde hay un detalle capaz de resumir todo un mundo casi siempre hay también una buena historia.
Grandes hazañas de personajes minúsculos, rezaba el subtítulo de la versión de “Los mercaderes del Che” publicada en España por Libros del K.O. ¿Este debe ser parte del cometido del periodismo de crónica?
Creo que los verdaderos protagonistas de nuestra era son personas relativamente anónimas, como tú y como yo. Y no tanto los famosetes de turno, políticos, futbolistas y demás fauna mediática.
Por cierto, ¿por qué cambiaste el subtítulo del libro en la campaña para Verkami?
La campaña de Verkami era para sacar el libro en Bolivia con una editorial boliviana con pocos recursos. Lo de Libros del K.O. fue una agradable sorpresa que llegó después de la campaña y me dio la oportunidad de publicar en España. Ellos me sugirieron el nuevo subtítulo y me gustó. Creo que calza muy bien con los personajes del libro.
A través de su cotidianeidad, ¿la crónica también debe ser una herramienta que invite a la reflexión del entorno y el momento social?
La crónica tiene que ser un texto que nos proponga una mirada única y esclarecedora sobre lo que está pasando. Julio Villanueva Chang, un reconocido editor y cronista peruano, suele decir que la labor de una crónica es desengañar y buscar memoria.
Aun así, aunque en un entorno de pobreza y pocos recursos, en tus crónicas siempre destaca los mejor y más entrañable del ser humano. ¿Es algo premeditado?
No, no es premeditado. Lo que creo es que la pobreza, las guerras y otros elementos omnipresentes en muchos textos periodísticos de nuestra época no tienen que ser los que guíen el ojo a la hora de contar algo, sino los personajes y sus historias.
Escribir consiste sobre todo en reescribir
Jubilados cubanos que custodian una estatua de John Lennon, el sastre de los presidentes bolivianos, monarcas afrobolivianos que no cuentan con el apego de los suyos, un singular personaje que hacía reír hasta a las piedras… ¿Sientes especial afecto por alguna de estas 13 historias?
Todas son hijos de uno. Casi siempre es muy difícil elegir. Quizás tengo un especial afecto por la de Víctor Hugo Viscarra, el escritor que vivía en las calles de La Paz como indigente. Estuve mucho tiempo investigándola.
Aun siendo historias muy locales, creo que uno de los grandes aciertos de tus relatos es que devienen universales. Nuevamente, ¿es algo premeditado?
En este caso sí es premeditado. Pienso que casi siempre es clave dar con ese aspecto que convierte tu historia en universal. Y suelo pasar mucho tiempo pensando en eso. Para mí es muy importante que todo el mundo entienda.
¿Hubo mucho trabajo de edición al llevar estar crónicas al formato libro?
Siempre lo hay. La reescritura es clave. Escribir consiste sobre todo en reescribir. Todos los días, antes de seguir con un texto, repaso lo que hice el día anterior. Y a veces únicamente avanzo tres o cuatro líneas.
¿En una época de transformación para el gremio, que análisis realizas del periodismo?
Yo siempre he tenido fe en los géneros de largo aliento y pienso que una buena historia siempre tendrá futuro, más allá de las transformaciones puntuales del oficio. Sigue habiendo medios como “The New Yorker” con muy buena salud. Sobre todo porque nunca dejaron de hacer lo que hicieron siempre. Los que apostaron únicamente por la inmediatez y por lo banal, son los que ahora lidian con más problemas.
La crónica tiene que ser un texto que nos proponga una mirada única y esclarecedora sobre lo que está pasando
Como explicabas, esta campaña estaba destinada, principalmente, a poder publicar el libro en Bolivia.
Quería publicar en El Cuervo, la única editorial boliviana con una colección dedicada a la no ficción. El Cuervo es una editorial donde sólo trabaja una persona y con muy pocos recursos. Su dueño es un Quijote moderno. En aquel momento, él no tenía plata para afrontar la publicación y pensamos que podía funcionar muy bien Verkami. La verdad es que el libro tuvo una recepción bastante buena. Tiramos 1.000 ejemplares, y aquí, en Bolivia, 1.000 ejemplares es una gran cantidad. El año que salió fue uno de los más vendidos.
¿Cómo descubriste Verkami y qué destacarías de la experiencia de lanzar un proyecto como estos “Mercaderes del Che” a través de una plataforma de micromecenazgo?
Había escuchado hablar del micromecenazgo antes, y llegué a Verkami investigando un poco. Vi que la acogida de la plataforma era muy buena. Y me animé a probar.
Habiendo transcurrido más de dos años, ¿se asoma por el horizonte una nueva compilación de crónicas? De ser así, ¿volverías a impulsar el proyecto a través del micromecenazgo?
De aquí a un par de años seguramente vendrán dos libros más. Pero no sé si recurriré al micromecenazgo. Pienso que el micromecenazgo es para personas que realmente no tienen más opciones para financiar sus proyectos creativos. En este tiempo se me han abierto puertas y es muy posible que no necesite de ningún empujoncito extra para publicar esos libros.
Y una aventura como “Pie Izquierdo”, la fantástica revista que fundaste pero que, desafortunadamente, tuviste que cerrar, ¿jamás te has planteado resucitarla a través del crowdfunding?
Alguna vez. Pero hacer una revista de calidad es muy caro y hace falta mucha plata. Además, el crowdfunding podría servir para comenzar. Pero luego habría que pensar en cómo volverla autosostenible. Y es ahí donde no lo tengo tan claro, de momento. Así que ante las dudas siempre es mejor esperar.
¿Actualmente dónde podemos leerte?
Colaboro como freelance con medios como “El País” de España, “La Razón” de Bolivia, “Etiqueta Negra” en Perú, “Internazionale” de Italia, “Esquire” de México y otros muchos. Escribo lento y no publico notas como chorizos. Y debo confesar que admiro a aquellos que además de buenos son rápidos.
Y si no es a ti a quien leemos, ¿qué cronistas nos destacarías como imprescindibles?
Son muchísimos: Alberto Salcedo, Leila Guerriero, Martín Caparrós, Julio Villanueva Chang, Juan Villoro, Jon Lee Anderson, Marco Avilés, Manu Leguineche, Gay Talese, Daniel Titinger, Leonardo Faccio, Juan Pablo Meneses, Ander Izagirre, José Alejandro Castaños, Daniel Riera, Cristian Alarcón, Federico Bianchini y Gabriela Wiener, entre otros. Lo bueno es que todos los años uno descubre gente nueva, sangre fresca.
+ Info
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Twitter: @ayalachronicles
Nuevos Cronistas de Indias: Álex Ayala Ugarte
Proyecto Verkami: Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo
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