Creadores Verkami 10 #Periodismo: Marta Sibina
Inciden nuestros interlocutores en que en Cataluña hay mucha gente que hace periodismo independiente de gran calidad desde hace mucho tiempo, y que, en este escenario, ellos simplemente son unos recién llegados. Puede, pero impulsado por la enfermera quirúrgica Marta Sibina y su pareja Albano Dante, y pese a los diversos ataques que ha sufrido la publicación, cafèambllet se ha erigido en una de las más representativas voces de la información libre y alternativa.
Texto: Oriol Rodríguez
Fotografia: @Fotomovimiento
¿Cómo una enfermera quirúrgica acaba convirtiéndose en la editora de uno de los principales referentes del periodismo independiente en Cataluña?
Por la simple necesidad de explicar lo que no se explica. Para dejar al descubierto los mecanismos que impiden que las cosas funcionen bien. Normalmente es este el trabajo de los periodistas, pero en el fondo es un ejercicio de ciudadanía. Los periodistas conocen las reglas, el oficio, pero la ciudadanía está llamada a entender cómo funciona nuestra sociedad y levantar la voz cuando algo va mal.
¿Teníais algún referente en el que os inspirasteis, tanto en la línea editorial como en el modelo "empresarial”, cuando publicasteis aquel primer "Cafèambllet" de una sola página en tamaño din-A3?
El "modelo empresarial" es sólo una consecuencia de los objetivos periodísticos que te marcas. Si el objetivo es ganar dinero, el modelo es uno. Si tu objetivo es explicar cosas caiga quien caiga, el modelo debe ser otro. ¿Cómo puedes hablar libremente sobre el escándalo de las autopistas, de la instrucción de la banca en el mundo educativo o de la privatización del agua si tu medio depende de la publicidad de La Caixa? No se puede.
Cada ejemplar que repartimos es una oportunidad para cambiar el mundo
Quizás puedes decir algo, pero no puedes llegar al fondo... Cada mañana los periódicos que tienen la banca como principal anunciante (y como accionistas) nos dan una lección de sumisión del periodismo al poder económico. En nuestro caso, más que hablar de modelo empresarial, hablamos de modelo periodístico. La parte empresarial, la que permite pagar la rotativa, el teléfono, etc… está supeditada a este modelo periodístico. Al cafèambllet nunca publicaremos un anuncio de La Caixa. El día que haya que elegir entre aceptar su dinero o cerrar, cerraremos. Todo ello hace que la única manera de existir, de continuar investigando y destapando lo que muchos quieren que permanezca oculto es con el apoyo de los lectores. Lo resumimos en una frase: “la información o la pagamos entre todos, o la paga La Caixa”.
¿Proceder de un mundo ajeno al periodismo te permitió actuar con más libertad?
El periodismo es un oficio y como todo oficio tiene unas reglas, unos códigos y unas técnicas. Todo ello es imprescindible para hacer buen periodismo, y son los periodistas los que tienen estos conocimientos. Hoy, sin embargo, el periodismo no está en manos de los periodistas sino que está en manos de las empresas propietarias de los medios. Y esto es un desastre. Llegados aquí, el hecho de no ser periodista te pone en un punto de partida diferente, ya que no tienes la intención de hacer carrera en los grandes medios, y eso te permite ser muy crítico con ellos y con las empresas que los financian. Pero insisto, la obligación de alzar la voz ante el poder es de toda la ciudadanía, no sólo de los periodistas. Ahora, con cafèambllet estamos intentando construir una herramienta al servicio del periodismo bien hecho, una herramienta que llegue a mucha gente y que no deba nada a ningún poder. Un espacio donde el oficio del periodismo esté por encima de cualquier otra circunstancia.
Decía George Orwell que periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques y todo lo demás son relaciones públicas. Una cita muy gastada, pero que en vuestro caso parece adquirir pleno sentido.
Está gastada, cierto, pero siempre será vigente. Si el objetivo de lo que haces es explicar cómo funciona el mundo, mucha gente se enfadará. Porque en el mundo hay un montón de gente haciéndose rica a costa de los demás. Si expones a la luz los mecanismos que permiten la explotación, el explotador se enfada. Así de sencillo. Por eso los bancos y los empresarios invierten tanto dinero en publicidad y en medios, para construir un corpus de conocimiento que aleje los focos: la publicidad, el patrocinio, los contenidos “amables”… Todo es parte de las relaciones públicas, y la convivencia entre estos mundos es casi imposible. Hay otra frase del periodista argentino Rodolfo Walsh que lo resume con sencillez: “El periodismo es libre o es una farsa”.
¿Informando se pueden cambiar las cosas?
A veces es difícil de percibir, pero la información cambia el curso de las cosas. A veces de forma casi inapreciable, pero siempre cambian. Cada vez que una personas descubre una información nueva, cambia su manera de ver el mundo y su manera de actuar. Y cuando una persona se pone en marcha, cambia el mundo. Nosotros siempre decimos que cada ejemplar que imprimimos y repartimos es una oportunidad para cambiar el mundo. Y no es una frase y punto. Lo creemos y lo hemos comprobado. Cuando empezamos a investigar lo que estaba pasando en la sanidad catalana no podíamos imaginar que todo terminaría con investigaciones judiciales, con empresarios poderosos perdiendo contratos, con una comisión de investigación en el Parlamento y con más de 50 imputados. ¿Se han solucionado todos los problemas? No, pero está claro que un sistema sanitario tramado a lo largo de 30 años no se cambia en un día, ni con el trabajo de una revista. Pero creo firmemente en que la única manera de cambiar las cosas es con información. Todas las decisiones que tomamos, como individuos y como sociedad, las tomamos en base a la información de la que disponemos. Necesitamos información para votar (o para no hacerlo), para cambiar nuestros hábitos de consumo, para organizarnos... Por eso hay tanta gente intentando controlar la información. El ejemplo de los diarios es plasmario: como negocio son una ruina pero mantenerlos funcionando es un negocio muy lucrativo ya que generan el consenso necesario para mantener las estructuras de poder.
¿Después de 10 años en funcionamiento, qué crees que ha aportado "Cafèambllet" al espacio comunicativo catalán?
En Cataluña hace muchos años que hay periodismo comprometido, de calidad e independiente. Sin embargo, el panorama comunicativo está dominado por grandes grupos de comunicación estrechamente ligados al poder financiero. Por ello, todas las voces que intenten romper este dominio aportan algo, cada una con sus particularidades. En el caso del cafèambllet creo que nuestra aportación ha sido la capacidad de llegar a círculos más amplios, no militantes.
Muchas de las cifras que habéis publicado en los diversos casos que habéis tratado a lo largo de los años, son públicas y al alcance de todos. Desde esta premisa, ¿el periodismo “convencional” es perezoso o miedoso?
Creo que es una mezcla de diversas cosas. En los grandes medios hay profesionales muy buenos pero su margen de acción es limitado cuando tocas ciertos temas. ¿Por qué se habla tan poco de Agbar, Abertis o El Corte Inglés? No hay que investigar mucho para explicar un montón de cosas que la gente no conoce sobre estas empresas y sus actividades. Está todo allí. La muerte de Emilio Botín lo dejó claro. Hay un artículo magnífico de Sonia Bagudanch que lo explica: aunque The New York Times lo hubiera publicado bien grande, el fraude fiscal de este señor pasó muy desapercibido en los medios españoles. No es pereza ni es miedo: es hacer periodismo o hacer relaciones públicas.
Dicen que la gente ya no está interesada en leer la prensa, y que por ello el del periodismo es uno de los sectores más afectados por la crisis. ¿No sería más preciso decir que la gente ya no está interesada en leer lo que les ofrece la prensa?
El periodista Pere Rusiñol lo explica magníficamente en su libro “Papel Mojado”. La base del periodismo es la credibilidad, la confianza en aquel que te explica el mundo. ¿Qué confianza puede tener en lo que te cuenta un diario sobre la crisis si sus dueños son los bancos rescatados con dinero público? ¿Qué confianza puedes tener en un diario que está en manos de un banco que estafó clientes con preferentes? En definitiva, ¿quién pagará por información de la que no te puedes fiar? Nadie. Pero la necesidad de información está intacta y hay mucha gente dispuesta a apostar por proyectos capaces de demostrar que están al servicio de los lectores. Y esto se demuestra siendo transparente, explicando quiénes son sus impulsores y explicando de dónde sale el dinero. Por eso nosotros hemos publicado un informe donde cualquier lector puede ver todos los movimientos bancarios de nuestra cuenta. Ver las nóminas y la procedencia de los ingresos. Hasta el último céntimo.
Sin embargo, uno de los mecenas de uno de sus proyectos en Verkami os comentaba que los contenidos de "Cafèambllet" parecían marcados por cierta "rabia acumulada". ¿La gente realmente quiere saber la realidad de las cosas o prefiere ir haciendo sin dolores de cabeza y mañana ya será otro día?
Recientemente entrevistaron al consejero Boi Ruiz en Catalunya Radio. En una entrevista de casi una hora, la periodista Silvia Coppulo no le hizo ni una sola pregunta sobre la corrupción en el sistema sanitario. ¡Ni una! En un sistema sanitario donde hay 50 imputados, donde el ex-presidente del ICS está imputado de siete delitos graves, los sobrecostes en la construcción de los hospitales suman millones de euros... Sin embargo, el punto álgido de la entrevista fue cuando la periodista y el consejero, entre risas, se tiraron un cubo de agua en solidaridad con los enfermos de ELA. Si no te indignas ante eso no puedes hacer periodismo. Para destapar la corrupción primero te tiene que indignar la corrupción. Después te pones a trabajar para hacerla visible, con datos, con rigor y con contexto. Pero primero tienes que tener muy claro que en una sociedad hay cosas que son intolerables.
Más allá de Verkami y de los anunciantes, en vuestra página web hay habilitado un sistema de donaciones. ¿Funciona? ¿Los lectores están suficientemente sensibilizados para entender que para estar informados de forma independiente se debe ayudar a que los periodistas puedan vivir de su trabajo?
Aún cuesta y creo que hay dos motivos que lo explican. Por un lado tenemos que hasta ahora no ha existido un debate social sobre el panorama mediático. Las cosas eran como eran y muy pocas voces denunciaban el proceso de financiación de los medios. Esto ha hecho que, por ejemplo, haya mucha gente que cree que El País es un periódico de “izquierdas”. Hay un desconocimiento profundo sobre cuáles son los poderes que se esconden detrás de los grandes grupos de comunicación. Luego, hay una parte de la población que sí es consciente, pero es justamente esa conciencia la que les hace desconfiar de todo. Así, la situación es de desconocimiento del problema y de desconfianza. Ante esto creo que la pelota está en el tejado de los que queremos hacer las cosas de otra manera. Por un lado informando del problema de un sistema mediático en manos de la banca; y por otro, generando la confianza necesaria para construir nuevos proyectos. En nuestro caso, notamos que hay una serie de gente que a pesar de los desengaños pretéritos decide volver a confiar y nos hacen un ingreso de 10 euros. Para nosotros estos 10 euros son muy importantes. Pero lo que realmente es emocionante es que detrás de esa donación lo que hay es confianza, y por consiguiente es enorme la responsabilidad de hacer las cosas bien ser transparente .
Aunque siempre habéis apostado por el papel, ¿cómo os han ayudado las redes a difundir vuestros contenidos?
El papel e Internet son dos espacios complementarios y nosotros intentamos trabajar en los dos campos. Sin las redes muy difícilmente alguien hubiera conocido cafèambllet más allá de la comarca de La Selva. Las redes ofrecen una herramienta magnífica para que voces hasta ahora silenciadas sean accesibles para grandes audiencias. Pero creemos que sería un error que, por haber conquistado un espacio de expresión (Internet), renunciamos a estar presentes en el resto. Cada mañana La Vanguardia reparte miles de ejemplares gratuitos en los trenes, en las universidades, en las fábricas y en los hospitales. No podemos renunciar a disputar este espacio por tener redes. Hay que estar en las redes, pero hay que estar en la calle, en la barra de los bares, en las salas de espera, en las peluquerías. Estos también son espacios donde se genera opinión y donde se comparte información. Hay que estar y por eso apostamos por el papel.
Justamente por un vídeo en vuestro canal de Youtube tuvisteis que visitar los juzgados. ¿Qué sucedió y cuál fue la resolución de la demanda?
Creo que esta es una de las historias más bonitas que hemos vivido. El vídeo se titulaba “El Mayor robo de la historia de Cataluña”. 25 minutos, un tostón, donde explicábamos el funcionamiento del sistema sanitario catalán. Creimos que lo mirarían cuatro motivados, pero ya el primer día tuvo casi 1.000 visitas, el segundo 20.000 y al cabo de dos meses… ¡más de un millón! Hubo unos días en los que la gente nos reconocía en el metro. Esta explosión hizo saltar todas las alarmas en el Departament de Salut y al cabo de un días teníamos en casa una demanda por valor 20.000 € interpuesta por Josep Maria Via, asesor de Artur Mas.
Poner temas sobre la mesa, abrir debates y cuestionar lo que nos quieren imponer desde el poder es el objetivo
Fuimos a juicio, nos condenaron, recurrimos y, finalmente, fuimos absueltos. A pesar de que a los poderosos no les guste, hay una cosa que se llama libertad de expresión. Pero lo más alucinante es que la denuncia, que pretendía silenciar unos hechos, consiguió justamente lo contrario: el vídeo terminó publicado incluso en The Washington Post. ¿Un video hecho en casa, con la cámara del ordenador, colgado del Washington Post? Esto no habría sido posible sin la prepotencia de los que hasta ahora han controlado la información. Pero esto se ha acabado. La historia de este vídeo y de la denuncia la explicamos en nuestro libro “Artur Mas: On són els meus diners?”. Las tres ediciones que hicimos están agotadas pero se puede descargar gratuitamente en Internet.
¿Por los contenidos que ofrece el semanal, habéis sufrido censura?
Sí. De diversos tipos. Cuando cafèambllet era una revista local, el hecho de ejercer un periodismo crítico te deja fuera de las contrataciones de anuncios institucionales. Esto no sería un gran problema si no fuera porque los medios dóciles sí que reciben y eso les permite hacer más ejemplares, tener más recursos; mientras que tú tienes que sobrevivir como puedes. Cuando empezamos a publicar el escándalo de los hospitales de Blanes y Calella (donde estaban implicados varios cargos municipales) los directivos del hospital prohibieron dejar los ejemplares en las salas de espera mientras el resto de revistas se podían seguir repartiendo. La alcaldesa de Calella hizo lo mismo en el ayuntamiento. Lo documentamos todo en una serie de vídeos filmados con cámara oculta. Estos son sólo dos ejemplos de cómo la información inquieta a los responsables políticos, además de ser un indicador de que estamos haciendo las cosas bien.
¿Cómo descubristeis Verkami y por qué creísteis que sería un buen aliado de proyectos como el libro “Artur Mas: On són els meus diners?”?
Cuando nos denunciaron, muchísima gente se puso en contacto con nosotros para tratar de ayudarnos. Había una necesidad de responder a la prepotencia y la agresión que habíamos sufrido. En un primer momento no sabíamos muy bien cómo articular todo este apoyo. Fue entonces cuando tuvimos la idea de hacer un libro que lo explicara todo. Pedimos 10.000 euros y, con las ventas, poder pagar la multa que nos pedían. Teníamos 40 días para conseguir el dinero y en 10 horas ya habíamos alcanzado el objetivo. Al cabo de seis días habíamos recaudado 24.000 euros y decidimos cerrar el Verkami. Creímos que ya teníamos suficiente y que no había que seguir. Queríamos romper la lógica del “cuanto más mejor”. Fue una experiencia increíble.
Anteriormente hablábamos de censura y relacionándola con este “Artur Mas: On són els meus diners?”, quisisteis publicitar el libro en los autobuses de Barcelona pero no os dejaron. ¿Por qué? ¿Qué explicación os dieron a esta negativa?
Este asunto fue la confirmación de que había una política de censura directa. Lo explicamos con todo detalle en este post. Lamentablemente, parece que tenemos que aceptar que la censura más descarada está presente en una ciudad como Barcelona.
Recientemente habéis vuelto a colaborar con Verkami en un segundo proyecto mucho más ambicioso: distribuir cafèambllet por toda Catalunya y, como vosotros mismos explicáis, “crear una publicación masiva y gratuita para responder contundentemente a esta manipulación constante. Para conquistar la calle con información libre”. ¿Medio año después, qué valoración hacéis de la iniciativa?
Por las 1.600 personas que colaboraron económicamente con el proyecto, por los más de 400 voluntarios que reparten la revista por toda Cataluña, por los cientos de correos, llamadas y SMS que recibimos... está siendo una experiencia increíble Alrededor de este proyecto se está creando una red de gente organizada que hace sólo unos meses nos hubiera parecido imposible. El otro día nos llegó un WhatsApp con fotos de un grupo de gente repartiendo el cafèambllet en la puerta de la estación de trenes de Figueres. Se habían levantado a las 6:30h para estar allí repartiendo ejemplares a los viajeros del primer tren hacia Barcelona. Gente que no conocemos personalmente pero a la que nos unía la necesidad de hacer algo, la necesidad de que no sea La Vanguardia lo único que hay para leer en el tren. Y lo mismo con las ganas de los vecinos de Bellvitge que cada día reparten el cafèambllet en la puerta de su hospital, de los ejemplares que se reparten en la puerta de la SEAT o por el centro de Reus o Palamós. Poder hacer 145.000 portadas explicando lo que cada mañana esconden los medios de la banca es una placer enorme. En este último número, por ejemplo, explicamos los planes del Gobierno para vender los datos médicos de los pacientes de la sanidad pública a empresas privadas. A raíz de esta publicación, varias asociaciones se han organizado para hacer una campaña de denuncia (como la que han hecho en Inglaterra a partir de las revelaciones de The Guardian) y medios como El País recogieron el tema y lo han tratado en su diario. El objetivo de cafèambllet es esta capacidad de poner temas sobre la mesa, abrir debates y cuestionar lo que nos quieren imponer desde el poder es .
¿Tenéis proyectos nuevos entre manos?
Ahora mismo dedicamos todas las horas que podemos (y alguna más) hacer viable el proyecto. Queremos imprimir medio millón de ejemplares más durante los próximos cuatro meses. Por eso hemos puesto en marcha un segundo Verkami y necesitamos la ayuda de la gente para financiarlo. No aceptamos subvenciones, ni publicidad institucional, ni de partidos, ni de la banca porque, una vez más, o la información la pagamos entre todos o la paga la banca.
¡Hagamos posible entre tod@s la publicación de Cafèambllet! Suscríbete!
+ Info
Web: www.cafeambllet.com
Facebook.com/Caffèambllet
@marta_sibina + @_cafeambllet + @CafeamblletCAT
5 comentarios
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Genial post. Gracias por aportarlo...Espero màs...
Saludos
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Buenisimo post. Gracias por publicarlo...Espero màs...
Saludos
Montserrat Guanter
Ja era hora un diari, tal com ha d'ésser un diari! Honest i amb el tipus de periodisme d'investigació que ens faltava...
marc
Ànims i endavant!
Teresa
Moltes felicitats per aqueste iniciativa