Los Libros que Amansaron la Fiera. El Cuento Verkamista para este Día del Libro
En un pequeño pueblo, tan pequeño que ni siquiera tenía nombre, vivía un dragón. Habitaba entre las ruinas de un antiguo castillo en la cima de la colina que dominaba el pueblo. Era un dragón perezoso, al que le gustaba comer bocadillos de fuet con brie y beber zumo de naranja natural, y pasaba las horas haciendo papiroflexia, maquetas de barcos y sudokus.
Poco a poco, comenzó a perder interés en sus pasatiempos. Un día dejó un sudoku a medias, el siguiente detestaba la maqueta del barco vikingo en la que estaba inmerso, no paraban de rompersele los hilos de las velas con sus garras y ya no le cabían más animalitos de papel en las estanterías... Y sin darse cuenta, el virus del aburrimiento se fue apoderando de él. Y eso de aburrirse lo ponía de muy mal humor. Maldecía, gruñía, murmuraba, roncaba y estornudaba. Se enfadaba y daba patadas a todo lo que encontraba a su paso cuando bajaba al pueblo.
Cansado de no saber qué hacer, empezó a gastar bromas a los habitantes. Un día cambió todos los carteles de sitio, en la farmacia puso el de la panadería, en el ayuntamiento el del bar del pueblo y pintó stops y pasos de cebra en medio de la carretera principal sembrando la confusión y el desorden. Otro día, dejó todo el pueblo a oscuras de un coletazo en el transformador principal.
Hartos del dragón malhumorado, los habitantes decidieron que tenían que ponerle remedio. Hicieron una asamblea y uno de los más pequeños, Alguer, propuso que podrían llevarle algunos libros. Él tenía algunos cuentos que le encantaban y, cuando se los contaban, el tiempo se le pasaba volando. Se los llevaría a ver si así se entretenía. Aimar el panadero dijo que le llevaría algunos libros de recetas. Elna la cartera, algunas revistas de ciclismo. E Ibai le llevaría unas enciclopedias, que eso le duraría bastante...
Así que todos fueron vaciando sus librerías, alimentando la avidez del dragón. Ahora se entretenía y aprendía, disfrutaba con la literatura y pasaba largas horas leyendo, ¡se estaba convirtiendo en un sabio! Ya no solo comía bocadillos de fuet, ahora se preparaba guisos y cremas de verduras espectaculares. Era un experto en el Tour de Francia y había empezado a ir en bicicleta, que él mismo había construido. Y una vez al mes, contaba historias de dragones valientes y reyes malvados a los más pequeños en lo alto de la torre del castillo.
Pero poco a poco se iban acabando los libros, y el dragón cada vez se volvía más exigente. Quería cosas diferentes, historias inéditas, se estaba empezando a aburrir de nuevo... Ya no encontraba interesante nada de lo que le traían, y les tiraba los libros por la cabeza solo de ver la portada.
Los habitantes recordaban lo terrible que era cuando el dragón se aburría, tenían que hacer algo para mantenerlo entretenido. Y decidieron ponerse a escribir. Uno comenzó a escribir sus memorias en verso, los niños crearon una revista en la escuela y la cartera descubrió que tenía un talento especial para la novela gráfica autobiográfica.
Llegaron a un acuerdo con el dragón: las novedades no llegarían tan a menudo, pero cuando llegaran, serían de lo más originales. Y el dragón las disfrutaba de una manera especial, porque conocía a los autores y autoras. Para editarlos, abrieron un Verkami, y al principio eran los demás aldeanos, los que no tenían tanta habilidad para escribir, los que aportaban para echar una mano y leer las creaciones de sus vecinos.
Pero poco a poco se corrió la voz por la comarca y por todo el país, y miles de personas se convirtieron en mecenas de los verkamis para leer esas obras inéditas y singulares, que además tenían esa historia tan entrañable detrás del dragón aburrido.
Y así fue como de aquel pequeño pueblo nacieron los autores más reconocidos de todo el país, y contagiaron a todos la pasión por la creación y la cultura. Y el dragón sigue feliz, leyendo en su castillo.
¿Eres como el dragón que necesitas propuestas ferozmente nuevas, frescas e independientes? ¿Quieres ayudar a los habitantes verkamistas a que sus creaciones puedan ver la luz?
Celebra Sant Jordi visitando nuestra caseta del día del Libro con más de 40 propuestas editoriales para saciar tu sed de historias y conocimiento!
0 comentarios
Inicia sesión o Regístrate para comentar esta entrada.