"14 vasos de agua" es el proyecto de dos buenas amigas. Una de ellas, Náyade, tenía una gran historia que contar, la otra, Ana, sabía muy bien cómo hacerlo.

Es una biografía novelada que habla de lo que todos callamos, de dolores extremos sin heridas externas, de aprender a resucitar, de superarse, de enseñar a no juzgar.

Es una novela de aprendizaje en la que conocemos a la protagonista desde su infancia y llegamos a entender cómo y por qué se ha convertido en la persona que hoy en día es.

Náyade y yo nos conocimos trabajando en un bar y, a pesar de lo diferentes que somos en tantas cosas, enseguida congeniamos y nos hicimos amigas.

Al poco tiempo de leer "Lluvia en la ciudad", Náyade me dijo que le había gustado tanto mi modo de escribir que le encantaría que escribiese su historia.

Yo pensé... "Hala, otra persona más que me dice lo mismo..." y sin embargo, en esta ocasión, resultó que su historia era realmente digna de ser contada.

Unos cuantos años después, estamos preparadas para lanzarla al mundo para todo aquel que quiera conocerla.

PARA MUESTRA, UN BOTÓN...

CAPÍTULO PRIMERO

Lo quería con locura. Nunca había amado tanto a nadie como a Andrea y jamás volvería a amar a nadie así.

Aquella mañana, cuando apareció, después de dos días de fiesta sin dar señales de vida, discutieron y, una vez más, Náyade perdió los estribos.

Se puso violenta, comenzó a gritar, histérica, fuera de sí, a insultarle, a empujarle. Cogió la daga que habían comprado en Camden Town para decorar una de las paredes de la habitación y le hizo un corte en la cara. Después se la clavó en el hombro y a continuación en la pierna.

Para cuando la policía y la ambulancia llegaron, tras atender la llamada de los vecinos, Náyade había curado las heridas y le había metido en la bañera para limpiarle y mimarle como a un bebé, mientras tarareaba una canción de cuna que Braulia solía cantarle cuando era muy, muy pequeña.

La ambulancia se lo llevó. La policía redactó un parte y se fue. A Náyade no le sucedió nada. Aquella no fue la primera vez que le agredía, ni que la policía iba a su casa alertada por los vecinos, pero sí fue la última. Los amigos de Andrea no les permitieron volver a verse.

La próxima vez que supo de él fue una nochevieja, tres años después, cuando Paolo la llamó para decirle que había muerto en un accidente de tráfico, cuando salía de fiesta. Al día siguiente estaba en Italia, en el funeral.

Nunca se perdonó ver cómo enterraban su hermoso rostro con la cicatriz que ella le había hecho.

Destinaremos vuestras aportaciones a:

La maquetación, edición, distribución y, como no, a algo fundamental: la promoción de la novela.

Tras dos experiencias con pequeñas editoriales locales del mundo clásico editorial, hemos visto cómo todo el trabajo y el esfuerzo realizado para conseguir concluir una novela, apenas se ve recompensado, a pesar de que las ventas han superado con creces nuestras expectativas.

La industria parece ser la que ve los frutos de todo nuestro esfuerzo.

Creemos tanto en este tercer proyecto tan especial, en su fuerza, que hemos decidido que esta vez entre las dos, mano a mano, con vuestra ayuda, las redes sociales, la promoción y el boca a boca, vamos a conseguir llegar a muchas más personas, porque, sinceramente, es una historia que merece la pena ser oída.

Nos hemos marcado el ambicioso objetivo de llegar a 4001 lectores, ¿lo conseguiremos? Es muy complicado, sí, pero ya se sabe que en esto de los sueños no hay que escatimar.

Además, contamos con vuestra inestimable ayuda... ¡Mil gracias!

Calendario previsto

El proyecto verá la luz en diciembre de 2017. Confiamos en que estas navidades podáis devorar la novela entre pedazo de turrón y polvorón de chocolate.

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Facebook Ana Rodríguez Almeida
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