Creadores Verkami 11 #Periodismo: Èric Lluent
En 2008 los tres principales bancos de Islandia colapsaron, provocando una de las crisis económicas más graves de la historia. Consecuencia de aquella recesión, la ciudadanía tomó la calle en la que se conoció como la “Revolución de las cacerolas”. Protestas que hicieron de la isla del Atlántico Norte el paradigma de la democracia real, modelo a seguir para poner punto final a la dictadura del sistema financiero. Periodista vocacional, cronista de trinchera, Eric Lluent descubrió la cara menos conocida de aquella quimera con “Islandia 2013. Crónica de una decepción”, reveladora tesis financiada en Verkami. El reportero barcelonés ya se encuentra terminando su segunda parte, “Islandia 2014. El precio del milagro económico”, volumen que, de nuevo y muy pronto, impulsará a través de esta plataforma de micromecenazgo.
Texto: Oriol Rodríguez
En los últimos cinco años has viajado seis veces en Islandia. No sólo eso, sino que, como periodista, incluso has colaborado en un medio local como “The Reykjavik Grapevine”. ¿Qué es lo que te atrae tanto de la isla?
La isla tiene un atractivo natural innegable. Cuando conoces bien el territorio y has visto espectáculos de todo tipo, tienes la sensación de tener el pie sobre una especie de monstruo que respira. En las grandes ciudades, los humanos (aparentemente) tenemos el control sobre el entorno. En Islandia las reglas del juego están muy claras. Los elementos naturales están por encima de la voluntad humana y los islandeses hace mil años que se han adaptado y lo han respetado. Exceptuando las últimas décadas en que se han abierto importantes heridas al tesoro natural que guarda el país.
¿Qué te llevó a escribir “Islandia 2013. Crónica de una decepción”?
La creación de una ficción interesada sobre lo ocurrido en Islandia en el ámbito social, político y económico por parte de las grandes agencias internacionales de comunicación. Como periodista, sé que habitualmente las informaciones que se sirven obvian cuestiones, silencian partes importantes de la historia, enfocan sólo hacia donde interesa.
En términos de salud democrática y corrupción, España e Islandia tienen los mismos problemas
Pero es que en el caso islandés se estaban reproduciendo mentiras sin ningún tipo de filtro. Incluso los medios alternativos también se estaban haciendo eco de esas mentiras. Esto me molestó e indignó, así que procuré publicar un reportaje a alguno de los medios de comunicación convencionales de Cataluña o del Estado. Pero no me contestaron ni para dar agradecerme el ofrecimiento. Con el cabreo llegué a la conclusión de que lo más sencillo era escribir de forma realmente independiente y autoeditarme un libro.
¿Hay más semejanzas de las que creemos entre Islandia y España o Cataluña? ¿Es Islandia el país menos nórdico de los países nórdicos?
No conozco con profundidad el resto de países nórdicos. He vivido en Finlandia durante un año, pero no tengo los elementos necesarios para contestar a esta pregunta. Lo que es cierto es que bajo la etiqueta "nórdico" se incluye toda una serie de quimeras sobre estas sociedades que históricamente han vivido aisladas y que, fruto de la ignorancia, damos por ciertas. Especialmente en el caso de Islandia. En términos de salud democrática y corrupción, España, Cataluña e Islandia tienen exactamente los mismos problemas y unos niveles muy similares.
Sin embargo, ¿qué deberíamos aprender de ellos?
Hace poco me hicieron una entrevista para un periódico islandés y lo dije bien claro. Creo que los movimientos sociales islandeses pueden aprender mucho de los movimientos sociales del sur de Europa, porque nosotros tenemos una trayectoria de lucha contra el poder incuestionable. En su caso, pocas conclusiones podemos sacar. Lo más destacable serían algunas tímidas propuestas en cuanto a democracia 2.0 o algunos aspectos bastante innovadores en el proceso constituyente que se inició en el año 2009. Pero debemos poner las cosas en contexto y valorarlas en su justa medida.
Uno de los grandes mitos de aquella revolución fue la Constitución redactada por 25 ciudadanos elegidos democráticamente. Pero, no todo es tan bonito como parece, ¿verdad?
La cuestión no es que parezca bonito o no. Sencillamente, este mito es falso. La Constitución está encerrada en un cajón y nunca se ha votado el texto íntegro en un referéndum vinculante, aunque los ciudadanos que debían redactar la Constitución, sí fueron elegidos en las urnas. Este es uno de los aspectos más interesantes del proceso constituyente islandés: como la población entiende la necesidad de involucrarse en la construcción de un nuevo país.
Una constitución que es uno de los atractivos del libro, ¿verdad?
Sí, el libro incluye la traducción al catalán de la Constitución escrita por el pueblo, que se ha de subrayar en todo momento que se ha quedado en la categoría de borrador constitucional. De todos modos, el hecho de estar redactada por personas no juristas hace que su lenguaje sea lo suficientemente innovador e interesante para tener en cuenta. En el ámbito internacional, este documento supone una experiencia sin precedentes en cuanto a determinados aspectos.
¿Por qué el pueblo islandés no ha vuelto a rebelarse contra esta situación?
Los islandeses eran consumidores depredadores. La burbuja financiera benefició a todos los sectores del país y los islandeses se acostumbraron a un tren de vida insostenible. La reacción popular está muy ligada a las dificultades económicas de las familias en el momento en que la economía del país se hunde. Una vez se "recuperan" (de forma ficticia, desde mi punto de vista), una parte de la población se olvida de las luchas iniciadas en 2009. Es la única razón que hallo.
En más de una ocasión has comentado que se trata de una sociedad a la que le cuesta mucho ser autocrítica, más de cara al exterior. Para escribir el libro viviste durante cinco meses en Reikiavik. ¿Fue complicado ganarte la confianza de los ciudadanos, políticos, periodistas... que aportan su opinión a “Islandia 2013. Crónica de una decepción”?
Es uno de los aspectos más complicados de trabajar en Islandia como periodista extranjero. Intentar penetrar en los círculos de poder que rechazan explicar su sistema en el exterior, conscientes de que el funcionamiento de su país es radicalmente diferente de lo que han escrito los periodistas internacionales durante décadas. De Islandia siempre se ha hablado bien, y ellos no serán los que hablen mal de su país. ¿El mejor aliado para romper muros? El alcohol. Parece extraño pero es así.
¿Dónde han ido a parar los ideales que impulsaron aquella revolución? ¿Cuál es la situación del país cinco años después?
Como comentaba anteriormente, el país se ha recuperado en términos económicos, a pesar de vivir una situación de excepción con un control de capitales todavía activo en la actualidad. Los ideales se han perdido, pero lo que es innegable es que se ha producido una ruptura entre los ciudadanos y las formaciones políticas del país, que hasta entonces no existía. De momento, se ha quedado en la crítica al sistema desorganizada, pero hay que seguir su evolución, porque seguramente, con los años, las alternativas al poder tradicional irán cogiendo fuerza.
¿Por qué desde aquí hemos idealizado un país que no es tan ideal?
Por ignorancia y por la necesidad de creer que hay algún lugar donde las cosas se hacen bien. Muchos medios, políticos y autores alternativos han hablado maravillas de Islandia. Y, evidentemente, no todo el mundo tiene tiempo para marcharse cinco meses a Islandia e investigar por su cuenta. ¿Moraleja? Admitir nuestras limitaciones a la hora de entender sociedades tan desconocidas que nos pueden marcar goles por la escuadra con cada información que leemos.
¿Tu trabajo ha tenido repercusión en Islandia?
Sí, especialmente este último verano, cuando he presentado el libro en la biblioteca de Reikiavik. También me hicieron una entrevista en la radio nacional para hablar del libro, y fue el audio más escuchado en el país durante casi diez días. La repercusión la he tenido por ser uno de los primeros periodistas extranjeros que cuestiona su modelo en lugar de decir maravillas sin conocerlo.
Por qué Verkami y no intentar publicar “Islandia 2013. Crónica de una decepción” a través de una editorial convencional?
Cuando me planteé escribir un libro, rápidamente me di cuenta que Verkami era la única opción para conseguir el dinero que necesitaba para la impresión. Era un reto que veía muy difícil, pero puse mucho empeño para que mi primer libro fuera una realidad. Y salió muy bien. Verkami es la única vía que se me ocurre para publicar mis libros. Por lo tanto, Verkami es un pilar fundamental para hacer realidad proyectos de periodistas o creadores independientes, como yo mismo y tantos otros.
A través de Verkami también pusiste en marcha el proyecto de traducir “Islandia 2013. Crónica de una decepción” al castellano. Pero esta vez, la aventura no fructiferó. ¿Qué falló?
A través de mi blog, pero sobre todo vía redes sociales, llego a bastante gente que se interesa por lo que escribo. En el caso del proyecto en catalán, este primer círculo, no sólo de amistades (que también) sino de personas a quienes no conozco personalmente, me apoyó desde el primer momento tanto económicamente como con la difusión. Para la edición en castellano del libro, lo que tenía claro es que no quería agotar este círculo de personas que ya me habían ayudado en la primera versión.
Hemos idealizado Islandia por la necesidad de creer que en algunos lugares las cosas se hacen bien
Confié que el proyecto interesara lo suficiente a círculos o movimientos políticos sensibles a procesos revolucionarios como el islandés, pero no fue así. Estoy seguro de que en el Estado hay cien personas que hubieran puesto 25 euros cada una para hacer realidad este proyecto (de hecho, mucha gente me pide el libro en castellano), pero en ese momento no supe llegar a mi público. Al cabo de cinco días, al ver que no funcionaría, lo dejé porque no había planificado dedicarle tanto tiempo como a la campaña anterior.
Más allá de formar parte de Verkami como creador, has realizado aportaciones a diversas campañas. Como mecenas, ¿qué es lo que buscas cuando decides apoyar un proyecto?
Busco apoyar proyectos que impulsan alternativas en el sector periodístico. Es lo que más me interesa. Dentro de mis pocas posibilidades económicas, si hago el esfuerzo lo uso para dar apoyo a plataformas que trabajen para ofrecer información de calidad. Aparte de esto, también he colaborado en los proyectos de algún conocido. Aun así, si tuviera más capacidad adquisitiva seguro que participaría más y en proyectos no solo periodísticos.
Pronto iniciarás un nuevo proyecto para publicar lo que podríamos considerar la segunda parte de “Islandia 2013. Crónica de una decepción”. ¿Cuando se iniciará la campaña y què encontraremos en este “Islandia 2014. El precio del milagro económico”.
La campaña comenzará en noviembre y ya estoy preparando todos los pasos para que sea un éxito. “Islandia 2014. El precio del milagro económico” busca dar una versión alternativa a la oficial, que habla de la “recuperación” milagrosa de la economía de la isla del Atlántico Norte tras la mayor bancarrota de la historia del planeta (per cápita). Los islandeses han pagado un precio muy caro por culpa de las acciones de un grupo de banqueros muy reducido. Y esto parece no interesar a nadie. Además, analizo cómo se ha creado el mito islandés en los medios de Cataluña y el Estado, con el fin de entender cómo se puede construir una gran mentira y que ésta sea reproducida por todo tipo de sectores sociales sin criterio ni filtros de ningún tipo.
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Proyecto Verkami: Islàndia 2013. Crònica d'una decepció
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