Qué hago aquí de nuevo?
Presentaros el nuevo disco y que tengáis acceso rápido a él Como ya muchos sabéis, ha nacido The Game, y comenzamos este crowdfunding, como viene siendo tradición entre Rubia y vosotros, y una de las actividades más divertidas del año.
¿A qué va destinado vuestro dinero?
Vuestra aportación económica servirá para que músicos, diseñadores, realizadores, fotógrafos, puedan cobrar por su trabajo. Como sabéis, un disco conlleva un trabajo muy grande e importante. Y sin vuestra aportación, en muchos casos, no es posible. Podéis escuchar una muestra de lo que contiene el disco en el vídeo que hemos puesto.
¿Por qué me conviene encargar el disco por aquí?
Además de porque es molón y es divertido:
Ahorras, porque comprar el disco a través de Verkami propicia el ahorro de los gastos de envío, que ya van incluidos en los precios aquí estipulados, que son especiales y exclusivos para esta iniciativa.
Además puedes disfrutar de packs especiales que tienen aún mejor precio e incluyen otros discos, camisetas..
Además pueden ir firmados (a petición vuestra). Recuerda que son sólo 40 días, y tras este período, ya no podrás participar.
¿Cómo y cuándo recibirás "The Game"?
El período de duración del proyecto está limitado a 40 días. Una vez finalizado, recibiréis vuestros discos en casa, vía correo postal, en un tiempo aproximado de dos o tres semanas, justo lo que nosotros tardaremos en recibir las nuevas copias de The Game, y las empaquetamos y enviamos. Por favor, sed pacientes. Merecerá la pena!
¿Cuándo me cobrarán el dinero?
Tu dinero se cobrará al final del proyecto y sólo si el proyecto se cumple con éxito. En caso contrario no se cobrará. Al finalizar el proyecto se os enviará un mail para pediros dirección y peticiones especiales, en caso de que hayáis encargado camiseta, talla y color... o si queréis el disco firmado, etc. Es muy fácil!!
¿Qué ofrece The Game?
Para que os hagáis una idea sobre este nuevo disco, os adjuntamos aquí una de las reseñas que ha recibido el álbum:
Pablo Martínez Vaquero; periodista de TVE, escritor y crítico musical, hizo la siguiente reseña sobre The Game, el último álbum de RUBIA:
“The Game” no es ningún juego:
Por Pablo Martínez Vaquero
Ya dije alguna vez que lo de Sara Íñiguez ni es de esta época ni es de este mundo, y eso -en mi opinión-, lejos de ser un hándicap es una enorme virtud. Mágica en lo musical y en lo personal, ha vuelto a conseguir hacer un grandioso álbum, The Game, a la altura de Barman o incluso por encima de aquella joya inolvidable que yo siempre tengo presente.
“The Game” no nos remite a un juego al uso; se trata de “El Juego de la vida" (el juego de vivir o el de morir, el de estar despierto o estar dormido), con la profundidad y espiritualidad que caracteriza siempre la lírica de Rubia.
Escribo estas líneas mientras lo escucho por segunda vez, y no me canso; me gusta tanto como en la primera audición, aunque en ésta analizo a la vez que lo disfruto. El disco, de nuevo autoproducido junto al multiinstrumentista argentino Mauro Mietta, se abre con The Game, el tema homónimo que da título al trabajo. Comienza con unas guitarras sosteniendo una sola nota, acolchada por una cascada de violines que se desliza por detrás. Parece una cristalización entre el country más cool y el soul más sweety; las cuerdas parecen resbalar sobre la hierba fresca, bajo una voz dulce pero ágil y enérgica, la propia de Sara Íñiguez.
Dura algo más de tres minutos y se hace corta, y eso ocurre porque maravilla, sin más. Le sigue Howl, puro soul con ese regusto encantador a lo mejor de Carole King e incluso a las girl-groups de los sesenta; su estribillo, todo un aulIido, arrebata, pero conociéndome el percal sé que eso va a ocurrir muchas más veces, sobre todo cuando su voz se ve acolchada por los efectivos coros que ella misma hace. El tercer corte Anyone es una pieza de Northern Soul más grande que el cardado de Amy Winehouse, un “rompepistas” en toda regla con un Hammond arrollador y una base rítmica nerviosa y sólida que parece grabada en 1968.
¿Y la voz? “Ella” en estado puro, con una cadencia que transmite una cierta y exquisita dejadez con un charme y savor faire que encandila; todo calculado al milímetro… Y eso sin entrar en más detalles; al menos de momento.
A continuación le llega el turno a Bessie, un obvio tributo a una voz que ella mima y acaricia. Se trata de un Deep Soul con palpitar de blues que tiene otra instrumentación sobresaliente (mención especial para el piano), amén de unos coros que remiten al gospel; perfecta para bailar abrazado a tu pareja bajo la luna llena de agosto.
Por su parte, A Quiet Place (de Garnett Mimms, una canción que Tony Rounce -de Ace Records- destacó como favorita del año) llega en el momento justo, el de volver a esbozar una sonrisa con otro soulazo soleado que no desentonaría en el repertorio de las Chiffons, con unos coros y unas campanas luminosas que sólo cesan para dejar paso a una preciosa sección de cuerda.
La canción suena promesa, a compromiso, a la creencia en un futuro mejor para quien la escucha; optimismo rítmico en estado puro. Y de repente aparece My Boy, otro “llenapistas”; un Rhythm and Blues “vacilón” y de sabor psicodélico, muy Íñiguez, y es que el Swingin’ London no podía faltar en un álbum que a estas alturas de la escucha ya ha conquistado totalmente mi corazón…
Pincho Teenage Heartbreaker y directamente me emociono con ese arranque de sabroso pop sixties de vocación teenager, de coros mágicos, voces supremas y arreglos que, como todo el disco, parecen registrados en los 60’s, otra maravilla, otro single en potencia. A continuación la ternura parece romperse con I Owe it To Myself, una composición serena, de ritmo machacón y cierto ambiente swing, que va creciendo en intensidad según avanza, recordándote que todavía hay gente que hace canciones, que se puede salir de los estilos; algo diferente de verdad.
El noveno corte es un villancico; sí, una canción con aires navideños, Dead On the Snow, pero no se lleven a equivocaciones, el pop sesentero y las melodías que se te clavan en el pecho siguen estando vigentes. A mí me suena a Brian Wilson, y a The Crystals, y con ella se me encoge el pecho de placer; fantástica y con otro lucimiento de Hammond muy efectivo. Y finalmente el disco se cierra con Ivy, un tres por cuatro barroco, para mí uno de los mejores temas del álbum, lento y tristón, pero con una dulzura melódica que te taladra el hipotálamo… Hermosa, como Rubia, como Sara, como su música. Otro grandioso disco.
4 comentarios
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Sara
Autor/a
Lo sé, me lo dijeron ayer también. Volverá a aparecer en Spotify pronto. Es un asunto de cambio de empresa que comercializa las canciones por internet. Lo siento, pronto estará resuelto!
Miguel
Barman no aparece hoy en spotify y la verdad es que para mi ha sido la puerta de entrada a participar en el crowfunding y la manera de enterarme de tu música. Lo vas a introducir de nuevo?
Sara
Autor/a
Hola Jose Angel! No. El vinilo solo incluye el vinilo. El cd iria por otro lado. Si necesitas vinilo y cd, te recomiendo que elijas la opción vinilo The Game +Cd The Game, por 26 euros.
Jose Angel
¿El vinilo "The Game" incluye tambien el cd?